Mis amigos me llaman ‘Chalo’. Soy padre de José Raúl, Ana Patricia, Juan José y Ana Isabel, y esposo de Yamy. Hijo del ingeniero agrónomo José Blandón Castillo y Ángela Figueroa Sorrentini, economista puertorriqueña.
Nací en Chitré, allá hice mi primer grado en la Escuela Tomás Herrera, luego me fui a la capital, como hacen muchos que vienen del interior, terminé mis estudios primarios en la Escuela Belisario Porras. De esos días recuerdo mis juegos de verano cuando volvía a casa de mi abuela, al lado del famoso ‘Taller de Pelocho’.
He desarrollado desde siempre amor por la lectura, estando en segundo grado de escuela mi papá me regaló mi primer libro: El poema del mío Cid, desde entonces la lectura se ha convertido en unas de mis mayores pasiones.
Como buen herrerano, aprendí a jugar béisbol, pero en secundaria me atrapó el fútbol, fui miembro de las selecciones del Colegio San Agustín y de la Sociedad Española.
En 1976 sufrí las consecuencias de la dictadura, siendo muy joven. Mi mamá, quien era profesora de la Universidad de Panamá abandonó el país, forzada por los militares. Ya en 1985 cuando culminaba la secundaria se descubre el horrible asesinato de Hugo Spadafora, y al igual que muchos jóvenes levantamos la voz contra la dictadura. Apoyé las protestas que organizaba la familia Spadafora.
En el 86, ingresé a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, en donde continué mi activismo político en contra de la dictadura. Desde allí formamos el grupo “Conciencia Joven”. Participé de las protestas civilistas y como resultado de ello, fui herido de perdigones, golpeado y arrestado durante un allanamiento al local del Partido de Acción Popular (PAPO).
Hoy soy el resultado de lo vivido en aquel terrible momento, gran parte de mis firmes convicciones se construyeron en los momentos más difíciles para nuestro país y sus familias. Hoy tengo la responsabilidad vital de hacer realidad los cambios profundos por aquellos que dieron su vida, por toda aquella generación que sufrió en sus carnes la violencia, el odio y el exilio. Hoy me siento con la fuerza y la determinación para impulsar el Cuarto Cambio que Panamá necesita.
En 1994 fui electo primer suplente del legislador arnulfista Marco Ameglio, representando a los corregimientos de Bethania, Bella Vista, Pueblo Nuevo y Ancón. En ese período me convertí en opositor del presidente Ernesto Pérez Balladares, sobre todo en los planos de privatización de los servicios públicos y de la reelección inmediata.
En las elecciones de 1999 fui elegido legislador por el mismo circuito electoral, y en el quinquenio 1999-2004 fui jefe de bancada del partido Arnulfista. Me religieron en el 2004, donde propuse la Ley de Control del Tabaco, impulsé la Ley de Cultura y promoví las reformas constitucionales.
En 2014 fui electo como alcalde del distrito de Panamá y cumplí con el 80% de mis promesas de campaña, lo que prometo lo cumplo. Impulsé los cambios que la ciudad necesitaba para que cada persona que vive en ella se sintiera enamorada y orgullosa de esta hermosa urbe. Promoví la participación de las mujeres, la mitad de mi gabinete estaba conformada por mujeres. Elevé la subdirección de Cultura a una Dirección, creamos la oficina de Bienestar Animal, promovimos la tecnología en la seguridad con el Sistema de Videovigilancia y reforzamos la Educación Ciudadana.
Actualmente soy candidato a la vicepresidencia junto a Rómulo Roux por la Alianza Por un Panamá Mejor, Lo Bueno Viene. Creo que está Alianza ganadora es el mejor vehículo para hacer posible que la agenda transformadora del panameñismo se desarrolle desde el gobierno.
Esta agenda está basada en cambios profundos que parten del Cambio Constitucional que nos permitirán decidir el modelo de país en el que queremos vivir, un país donde las leyes dejen de favorecer a los políticos, que protejan a los panameños, que garanticen el desarrollo personal y económico, y que impulsa nuevos derechos y libertades, como la protección de nuestra riqueza natural.
Por un Panamá mejor, Lo Bueno Viene.